¿Y ahora qué?

miércoles, 8 de abril de 2009

Mantenía con una amiga una de esas conversaciones en las que salen a la luz toda clase de temas y sin saber cómo o porqué, súbitamente mencionó el "manual para parejas recién separadas" y el protocolo contenido en aquel manual y cuyo propósito es que la separación sea lo menos dolorosa posible.
Compartiré con ustedes un poco el contexto. Hace pocos meses, mi amiga terminó una relación con su novio. El primero. Duele mucho, ¿no creen? 
Pasan los días y su psique sigue siendo, en ocasiones, todo un mar de desconcierto al recordarlo o encontrárselo por los pasillos de la universidad (amigos en común, gracias por todo). 
Y es precisamente que por ser neófita en estos asuntos que llegó a sus oídos esta loquísima idea de que después de un rompimiento hay algunas reglas a seguir por parte de los dos bandos (bandos sí, como en la guerra civil de Marvel) a fin de, como ya mencioné, evitar que el sufrimiento de ambos bandos sea insoportable. 
La verdad es que me sorprendí en sobremanera. En todos mis años como conejillo de indias de las relaciones sentimentales, jamás había escuchado acerca de ese protocolo. No es que yo sea un experto, a decir verdad, el camino ha estado lleno de tropiezos (-¿cómo pudimos perder si éramos tan sinceros? -se preguntó una vez Charlie Brown y yo lo he hecho tantas veces como dedos en la mano) pero también de satisfacciones. Y muchas.
De cualquier manera, no pude dejar de pensar en el etéreo protocolo. ¿Qué diablos hacer? Eso me habría gustado saber antes de decir -sale pues, ahí muere -o -¡no te vayas, por favor, no te vayas!-
Ni modo. De cualquier forma, nunca he sido un aficionado a los protocolos. 
Seguí pensando y terminé definiendo más bien "un manual de lo que no debes hacer después de un rompimiento" con base en experiencias propias (la mayoría) y ajenas (que me contaron). Toda aportación de parte de ustedes, público inteligente y conocedor, será más que bienvenida.
Vamos a ello.

1)  Plantarte estratégicamente afuera de su salón a cantar a todo pulmón canciones de desamor, "sin saber" que está ahí. (Ajena, hilarante y hasta cierto punto, patética).
2) Buscarlo desesperadamente a los pocos días de haber terminado (risa nerviosa de mi amiga).
3) Llamarla por teléfono y exponerle de manera racional, civilizada y profesional, los argumentos por los cuales deberían tener una sesión de sexo de despedida (¿a quién se le ocurrió esto?).
5) Afirmar que es una mujer ilógica, fría, insensible y casi tonta por negarse al punto tres después de haber recibido argumentos lógicos irrefutables.
6) Hacerte novio de la roomie de tu exnovia y pasar noches de sana diversión en el cuarto de junto mientras ella intenta hacer tarea (Mea culpa).
7) Llevarle serenata para pedirle perdón, descubrir que no está, embriagarse al punto de la congestión alcohólica por puro despecho, no estar consciente mientras tus amigos te llevan a rastras a tu casa, vomitar la entrada de tu casa, la sala, abajo de las escaleras, las escaleras, el rellano, arriba de las escaleras, la puerta de tu cuarto, el baño y finalmente caer plácidamente dormido. Despertar al otro día sin idea de lo que pasó e inventar una "ingeniosa" historia a tu pobre madre que sabe más que tú. Al otro día, darte cuenta de que la mujer que causó todo aquel desastre gástrico se besa con un amigo tuyo. (Completamente ajena e hilarante siempre que la escucho).
8) Afirmar que deseas nunca más volverla a ver y, ¡sorpresa!, un par de meses después, volver con ella.
9) Intentar fallidamente rescatar al puro estilo de los equipos SWAT el perro que han comprado entre los dos y que él conserva. Podría funcionar si tus acompañantes fueran tus hermanos linebackers y no tus amigas gritonas y nerviosas. 
10) Pedirle ayuda a tu exnovia con una de sus amigas (o prima o hermana).


Así pues queridos lectores, la lista de estupideces que en el nombre del desamor somos capaces es prácticamente infinita. Recibiremos con gusto sus aportaciones. Mientras tanto, si algo parecido les llega a pasar, sólo sonrían y guárdenlo para la posteridad. Habrá valido la pena.

No se olviden de soñar.
Ralph Cor Leonis

1 que no quieren reprobar:

vig dijo...

Excelente artículo! tengo que reconocer que me reí mucho esta vez. Pero tus (3) lectores exigimos el punto número 4 (notamos que lo olvidaste)