En el quinto día de "confinamiento" (y lo pongo entre comillas por el sentido oficioso de la palabra, al menos en nuestra vidas) las cosas no parecen ir tan mal. Es decir, dejando a un lado las conspiraciones del gobierno para ocultar hechos de mayor trascendencia para el país (que no mencionaré porque hacerlo sería extender una invitación al debate, a la phrónesis que proponía Aristóteles, proceso mental que resulta inmensamente benéfico para la sociedad y los individuos y que por esta única ocasión, no se encuentra dentro de los objetivos de esta entrada. La verdad es que tampoco lo haré porque estando en el cuarto cuarto sin tiempos fuera, ya debería, amable lector, conocer la jugada). Suficientes explicaciones. Como decía, en el quinto día de confinamiento entre comillas, las cosas no parecen ir tan mal. Dormimos más. Limpiamos el desorden tanto por dentro como por fuera y en general, realizamos actividades que bajo otras circunstancias no haríamos. Hace poco, a media conversación con una amiga y como consecuencia directa de las frase protocolarias para iniciar conversaciones entre viejos amigos, Cómo estás, Bien y tú, Qué tal tu día, Delicioso. ¿Delicioso? Normalmente un adjetivo como delicioso no llamaría mucho mi atención. Normal y afortunadamente las conversaciones de las que participo incluyen calificativos como delicioso y análogos para describir no sólo cosas sino hechos y en general, la vida de todos los participantes de dicha conversación. Sin embargo, y con riesgo a que sobre mi persona sea llevada a la praxis la ley del hielo, he de decir que pocas cosas en la vida de la persona de quien hablamos son consideras por ella misma como deliciosas. No me pregunten por qué. No podría saberlo y de tener la capacidad aún me faltarían los deseos. Sin embargo pienso, qué tiene que pasar para encontrar placentero y delicioso el hecho de existir, qué visiones apocalípticas (exageré, sí, pero he visto demasiadas películas referentes al tema) tienen que volverse reales para que la rutina se rompa y entonces encontremos satisfacción y sosiego en hechos tan banales como despertar tarde, pasear al perro o juntarse a las 16:00 en casa de Gaby. Como decía, no sé. La vida es deliciosa per se y tener que esperar a que algo ocurra para recordarlo o pero aún: saberlo es tirar el tiempo (que para efectos prácticos, irónicos, mórbidos y dramáticos, es lo único que no tenemos). ¿Qué piensan?No se olviden de soñar.
Ralph Cor Leonis
Los dejo con la lista de películas vistas esta semana. Todas altamente recomendables. Las marcadas con una equis fueron rentadas, en un ataque de cinismo, por su temática mórbida.
1) The dark knight.
2) We are Marshall.
3) The night of the living dead. *
4) Outbreak. *
5) Pet sematary. *
6) The core. *
7) Troy.
8) Friday night lights.
9) The dawn of the dead. *
1 que no quieren reprobar:
Faltó en la lista Niños del Hombre... que también es apocalíptica y te hace reflexionar mucho sobre a donde carajos estamos mandando al mundo.
Anyway... es triste (como tú dices) que tenga que pasar algo como esta pseudo crisis de la influenza para tener oportunidad de disfrutar la vida como se debe.
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