6-0.

domingo, 1 de marzo de 2009

He tenido una pésima semana. El día de hoy, gracias a Dios, comienza una nueva semana y también un nuevo mes. Debería respirar tranquilo, todo nuevo comienzo representa una buena oportunidad para, bueno, comenzar de nuevo. Pleonasmo, mea culpa. 
Sin embargo, ¿qué ocurre cuando ese comenzar de nuevo se refiere al mismo acto repetido ad nauseam? Es como armar y armar un rompecabezas que es destruido todas las noches por tu hermano menor o como el lienzo de Penélope (aunque pensándolo bien, ella tuvo una buena razón).
Sé que suena un poco paranoico eso de quedar atrapado en el mismo comienzo una y otra vez, pero utilicemos un poco el razonamiento inductivo, ¿si quedo atrapado en el mismo comienzo eso significa que estoy condenado al mismo final?

Quizá les haya pasado, quizá hasta hayan pensado lo mismo que yo. Pasa el tiempo y piensan que aquel infierno en el que se vieron sumidos se ha ido para jamás regresar. Sonríen satisfechos porque finalmente y después de todas las vicisitudes, siguen vivos y ahora son mucho más sabios (o fuertes, o ambas). Creen que todo pasó. But not even close (primera vez que uso el inglés de alguna de mis entradas). Un día despiertan y descubren una nueva oportunidad bajo su almohada. La siembran, la riegan, la cuidan y cuando llega la hora de segar, le brota alas y se va (sin despedirse, por supuesto).
-¡Demonios! Estuve tan cerca -piensan al tiempo que ver alejarse la posibilidad de remendar los errores pasados. Lo único bueno que les queda es un sentido del humor más desarrollado (o quizá menos, porque ya se ríen de las desgracias propias).
Con los ojos bien abiertos y aún mirando al cielo, permaneces quieto. El sol decide descansar pero tú continúas mirando la nada, esperando que en cualquier momento la silueta coqueta regrese, o despiertes a su lado o sus dedos te toquen el hombro y su sonrisa te diga “ven, niño tonto“. Good luck with that (ya me está gustando). Vuelve a amanecer. Porque siempre amanece. El sol está detrás tuyo y la larga sombra proyectada frente a ti es tu única compañía. Finalmente, escuchas los pasos de alguien sobre la hierba. Te emocionas, tu corazón se acelera pero no quieres voltear. En efecto, alguien te toca el hombro. Volteas y descubres un séquito de locos, los únicos lo suficientemente arriesgados para ir por ti abandonando sus idílicas vidas. Tus amigos. Regresas con ellos pero de tanto en tanto volteas hacia atrás, como la esposa de Lot, esperando que alguien te regrese el más bello girasol jamás sembrado. No ocurre y sepultas todo bajo una avalancha de días, daiquiris y damas de compañía.

La situación vuelve bajo control, pero la primavera se acerca, el mismo campo de batalla en el que has sido derrotado en seis ocasiones diferentes. Qué estúpido eres por volver una y otra vez pero la fe vence (o complementa) a la estupidez y regresas con una sonrisa y una esperanza sin precedentes. Porque quizá un día, cuando incluso el sol se haya rendido y decida ocultarse para descansar, mirarás la bóveda naranja y cada cicatriz habrá valido la pena.

Antes de despedirme, les dejo esta canción de Joaquín Sabina. Excelente para acompañarte en soledad.

Ralph Cor Leonis.




2 que no quieren reprobar:

Xlb dijo...

No se qué es peor... si fallar tanto o regresar una vez más a pesar de las caídas anteriores.

And despite everything, we'll always go back there with the same blind hope.

Tritza dijo...

me encanta esa cancion
luego leo lo demas con detenimento